23 abril 2009

Fácil, difícil... imposible.

Al principio de vivir en el faro me era fácil subir las escaleras corriendo, pasarme las noches enteras sin dormir mirando la luna sobre el mar, ver los barcos a lo lejos faenando...

Con el tiempo comencé a subir las escaleras más despacio, a quedarme dormido oyendo las olas mientras el mar me devolvía la luz que la luna le regalaba y a tener que esforzarme para ver los mismos barcos mucho más cerca.

Hoy subo las escaleras del faro inmensamente despacio, pero puedo hacerlo con los ojos cerrados, miro la luna sentado en la balconada y no necesito ver las barcos para saber quienes son los amigos que faenan en ellos, el sonido de sus motores, la forma en que se balancean sobre las olas me lo dicen.

Hay cosas que comenzaron siendo fáciles, cosas que con el paso del tiempo se hicieron difíciles. Son las mismas cosas que han seguido cambiando y se han instalado a unos pasos de la frontera de lo imposible. Subir al faro, pasar la noche despierto, ver los barcos a lo lejos...

Con el tiempo comencé a retenerla en mi cabeza, a quedarme dormido oyendo su voz y sus pocas risas, y las cosas que antes entraban solas y borraban su imagen ahora las tenía que buscar y forzarlas a ocupar el sitio que ella llenaba.

Hoy recorro dentro de mi corazón su cara, su voz, sus risas, su mirada triste, sus caricias. Lo hago inmensamente despacio, pero puedo hacerlo con los ojos cerrados. No necesito verla para dibujar su rostro, me basta con recordar su voz, su risa... me sobra con ver en mi memoria la silueta de sus olas verticales meciéndose al compás de sus pasos.

Hay cosas que comenzaron siendo fáciles, cosas que se hicieron difíciles, cosas que han pasado la frontera entre lo posible y lo imposible y hoy residen en el otro lado. Me es difícil subir a la linterna del faro sin pararme, me es muy difícil distinguir los barcos a lo lejos... me es imposible sacarla de mi pensamiento.

El viejo farero.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Viejo farero aqui estoy para agradecerte tu invitacion a este precioso blog, como otras veces te dije siempre es para mi un placer leerte, bikiños.

eloisse