25 marzo 2010

La ruta de los faros. 4ª etapa.


El tiempo ha empeorado durante la noche y ha estado casi toda la madrugada lloviendo; dentro de la autocaravana siempre parece que llueve mucho más de lo que en verdad llueve y Lucía se ha levantado preocupada por el perrillo que encontramos ayer al llegar aquí. Hemos salido a buscarlo y a pasear a Candela. No hay rastro del animal... sólo cuando vamos a echar a andar lo vemos venir acompañando a un señor que sin duda es su dueño. Para Lucía ésto es una alegría por ver que no está abandonado y una decepción porque es la confirmación de que no nos lo llevamos.

Vamos a dejar este faro de que tiene 18 metros de altura y cuya linterna se encuentra a más de 50 metros sobre el nivel del mar. El faro empezó a funcionar en 1.863 con una óptica giratoria y una lámpara de aceite que daba una luz fija con ocultaciones cada 30 segundos teniendo entonces un alcance de 19 millas. A partir de 1.882 la lámpara usó parafina como tantos otros faros y petróleo a partir de 1.902. Hoy en día su alcance es de 24 millas y da un destello cada 4 segundos teniendo una sirena que utiliza los días de temporal y que puede oírse a 7 millas.

Durante la II Guerra Mundial los servicios secretos ingleses tuvieron la certeza de que el faro se utilizaba para hacer señales a los submarinos alemanes.

A sus pies se encuentra el arrecife de la sirenas donde hasta hace 30 años era posible ver focas monje.

Hoy toca desandar parte de lo recorrido ayer y volvemos hasta la N-344 que nos lleva a la autovía del Mediterráneo y que seguimos hasta la salida de Carboneras. El paisaje es precioso a pesar de su aire desértico. Ya tendremos tiempo de ver verdes, ahora toca disfrutar lo que la naturaleza nos ofrece en forma de pitas, chumberas, esparto...

Decidimos no hacer mucho caso a Martita y nos desviamos para ver Agua Amarga , un pequeño pueblo que en verano está a rebozar y ahora prácticamente vacío y dar un paseo por su playa. Después unos cuantos kilómetros camino de Carboneras hasta llegar al cruce del que parte una carretera estrecha y que con sus 1.500 metros de longitud termina en el faro. Tenemos dudas de si subir con la autocaravana y mientras esperamos baja un coche; el hombre nos cuenta que la carretera aunque un poco estrecha está bien y que no vamos a encontrarnos con nadie de frente, no hay nadie arriba. Es el faro de Mesa Roldán, que con sus 220 metros sobre el nivel del mar se convierte en el faro habitado a mayor altitud de España.

A 200 metros del faro hay una torre vigía construida en 1.736 para defender con artillería aquella costa, pero cuentan las malas lenguas que la torre la hicieron tan lejos de la costa que las balas de los cañones no llegaban a los barcos enemigos y fue abandonada. Hasta 1.863, año en que comenzó a funcionar el faro, en lo alto de la torre se hacían hogueras que hacían las veces de aquel.

El de Mesa Roldán se construyó en 1.863 para colocar una luz entre el del Cabo de Gata y Cabo Tiñoso, ya que al doblar el morrón de los Genoveses se perdía de vista uno y durante un tiempo aun no se veía el otro. Solamente tiene 11 metros de altura pero su situación es inmejorable. tiene un alcance de 23 millas y 4 destellos cada 20 segundos.

Cuando bajamos paramos en el cruce a dejar una nota de saludo al farero en el buzón que habíamos visto antes y en la que lo invitamos a visitar este blog.

Camino de Garrucha pasamos por Carboneras, un pueblo con un bonito centro pero cuya entrada desde la zona de Mesa Roldán desmoraliza por la presencia de la central térmica de Endesa que da un aspecto desolador. Imposible creer que estamos en el parque natural Cabo de Gata.

En abril de 1.863 se inauguró el faro de Villaricos junto a la desembocadura del río Almanzora que se encharcaba a menudo e infectaba la zona de mosquitos que la hacían especialmente insalubre. Los fareros y sus familias empezaron a enfermar de paludismo por lo que se daban de baja o pedían el traslado. El asunto se complicó de tal manera que no había torrero que quisiese ocupar la plaza y como consecuencia se decide cerrar el faro.

El 1 de noviembre de 1.880 se apaga definitivamente el faro de Villaricos y se enciende una luz provisional en el castillo de Jesús Nazareno, en Garrucha. Mientras tanto comienza el desmantelamiento del faro y sus piedras y maquinarias se utilizan para el nuevo que se construye en Garrucha, muy cerca del castillo donde se instaló la luz provisional.

Un año después, en noviembre de 1.881 comienza a funcionar con una lámpara Maris que consume parafina de Escocia y más tarde petróleo y en 1.925 se electrifica. Es un faro pequeño, 10 metros de altura y el entorno urbano hace que sea uno de los menos visibles desde el mar. Su linterna tiene un alcance de 16 millas y ofrece 4 ocultaciones cada 13 segundos.

Seguimos la ruta y nos acercamos a Mazarrón. Su faro es de lo más sencillo, el acceso hasta él todo lo contrario. Al final, cuando llegamos, es un poco decepcionante, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de vueltas que hemos tenido que dar por calles complicadas para llegar hasta él. Este faro tiene un alcance de 15 millas y una ocultación seguida de un grupo de dos cada 13 segundos y medio.

A la salida de Mazarrón hacia Cartagena nos llama la atención un faro dentro de una rotonda.

Intentamos entrar a Cabo Tiñoso, pero en el pueblecito de Campillo de Adentro vemos que de complicado pasa a imposible. Preguntamos tres veces y siempre tenemos la misma respuesta: Con la autocaravana ni lo intentéis. Después de ver un poco del camino y los mapas desistimos de verlo. Una pena, pero es el precio de llevar la casa con nosotros.

En Cartagena en verdad no hay faro, más bien son balizas, aunque a una de ellas la llamen el Faro de Navidad. Las balizas no entran en este viaje pero decidimos relajarnos un poco, dar un paseo por el puerto, acercarnos a ella y ver el submarino de Isaac Peral.

El faro de la isla de Escombreras es uno de esos faros situados en un lugar privilegiado, pero al que el puerto industrial ha sitiado de tal manera que la isla casi no es isla y el faro es imposible de visitar. Hoy el día está resultando decepcionante.

Decidimos poner a mal tiempo buena cara (nunca más cierto) y seguimos hacia Portmán nombre que aunque suene a yanki lo cierto es que su origen es mucho más culto: Procede del que los romanos dieron al lugar: Portus Magnun. Hoy este lugar es una imagen viva de la decadencia económica, pues sus minas están abandonadas, la bahía, a base de tirar a ellas los escombros inservibles de aquellas, apenas si tiene calado y la lonja dejó de ser lonja para convertirse en el local de una asociación de vecinos.

A la salida del pueblo un desvío camino al faro (zona militar de nuevo) y a sus pies un aparcamiento perfecto para comer y dejar la autocaravana mientras subimos a verlo. Tenemos un carreterilla que sube rodeando el monte donde está el faro, pero Lucía tiene ganas de escalada y subimos por un sendero haciendo poco menos que escalada libre. Arriba, todo el aire del mundo es poco para mi.

Estamos en el faro de la Punta de la Chapa, que data de 1.865 y que tiene una linterna que instalaron en 1.929 siendo éste un faro de ocultaciones (su luz se ve más tiempo encendida que apagada). El alcance es de 17 millas y tiene una ocultación cada 3 segundos y medio. Las vistas desde un acantilado cercano son increíbles.

Lucía de repente tiene un ataque de lucidez y decide bajar por la carretera que aunque es un poco más largo es inmensamente mejor camino, ¿ o será que mi cara al subir lo decía todo?

Mientras tomamos ella su colacao y yo mi cafelito tenemos que decidir si entramos a ver el faro del Cabo de Palos o si aplicamos la misma norma que hasta ahora y evitamos los que ya conocemos; al final decidimos seguir hacia Santa Pola. Cambiamos de comunidad autónoma y entrando a la valenciana comienza a llover. Hoy hemos hecho los primeros mil kilómetros de carretera y de momento ningún problema.

En Santa Pola aparcamos en una zona muy amplia en la avenida de Granada cerca de otras autocaravanas y junto al puerto deportivo. La tarde se ha cerrado en agua y viento y la noche sigue los mismos pasos. A media noche el aparcamiento es un lago que cubre aceras y bordillos y borra las calles. Va a estar complicado dormir entre la lluvia, el viento, el agua que desplazan los coches al pasar cerca y los golpecitos de los mástiles de los veleros. Esperemos que mañana tengamos mejor día.

2 comentarios:

osane dijo...

Que buen viaje hicisteis. Me encantaría hacer una ruta parecida por la costa un poco a la aventura.
El otro día escuchando una canción de Lorca que hablaba de playas y ríos de España, pensé en ti y en tu viaje.
Te dejo el enlace de la canción, espero que te guste. Un beso.

http://www.youtube.com/watch?v=26acpv_dO4Y&feature=related

El viejo farero dijo...

si que fue un buen viaje Osane. No es necesario que te gusten los faros para disfrutar de algo así, también está la naturaleza, la paz y en cierta medida un poco de aventura. Si alguna vez puedes hazlo.

Un beso, y gracias por el enlace a la canción.