04 mayo 2010

Cibervelas.


La iglesia católica, a pesar de lo que se dice de ella, está con los nuevos tiempos, con las nuevas ideas y con las nuevas tecnologías. No aceptan el aborto, no aceptan el uso del preservativo como medio para evitar el sida, no aceptan las bodas entre personas del mismo género, no aceptan la adopción de niños por parejas de homosexuales ni el derecho a una muerte digna cuando la vida ya no es vida. No salen a la calle para protestar contra la invasión de un país buscando armas de destrucción masiva y tampoco entregan a la justicia a sus miembros que cometen delitos sexuales contra niños, simplemente los cambian de iglesia. Son cosas demasiado modernas para ellos, pero en alguna sí que hacen un esfuerzo y se apuntan.

Ahora, si quieres encender una vela ( Dios me libre) en la catedral de Santiago de Compostela ya no es necesario que vallas a la capital gallega, puedes hacerlo a través del móvil o de internet. Pagando evidentemente. Decían hoy en las noticias que las velas estarán encendidas un mínimo de 11 minutos. Al parecer lo de encender la cibervela es un modo de acompañar a quien, a cientos o miles de kilómetros, reza; todo un detalle. Yo no tengo ni idea de rezos, afortunadamente mis misas obligadas terminaron cuando dejé el colegio de los salesianos ( en verdad antes, cuando conseguía desaparecer entre la salida de la clase y la entrada a la capilla), pero ellos, los de la iglesia, dicen que es tiempo suficiente, así que ¿ qué puñetas hace una vela encendida si quien la puso ha terminado de rezar? Nada. Se apaga y listo, además así la tenemos dispuesta para encenderla de nuevo y acompañar el rezo de otra criatura que previamente ha pagado sus casi dos euros. Hay que reconocer que generosidad no les falta. Yo tengo una duda con eso de los 11 minutos: ¿Serán también suficientes cuando quien la enciende es un cura, un obispo, un cardenal, que ha abusado de uno o muchos críos? Igual a esos tendrían que conectarle la cibervela a a la red eléctrica y añadirle un generador de emergencias, como en los quirófanos de los hospitales, por si acaso.

En esta vida todo tiene su razón de ser y este tema no iba a ser diferente, la Iglesia sigue a rajatabla las enseñanzas de Jesucristo, un ejemplo: "Dejad que los niños se acerquen a mi". ¿Otro? Dice la biblia que Jesús se irritó y se puso violento cuando entró en el templo y vió a los mercaderes haciendo negocio dentro. "No hagáis de la Casa de mi Padre un mercado". Pues nada, no hacemos negocio en la casa del Padre, lo hacemos fuera, en el banco de cada uno, o en la tarjeta prepago de su móvil, o en su factura. Que no digan después que no cumplen. Ya, lo único que les queda, es sacar de las catedrales y de las iglesias las taquillas donde venden las otras velas, las postales, los recuerdos y las entradas para ver las riquezas que atesoran y ponerlas en la puerta. Las taquillas digo, las riquezas no, que son suyas. Pero hay que darles tiempo, que ahora están muy ocupados escondiendo y trasladando curas y obispos con un amor especial por los críos.

3 comentarios:

osane dijo...

¿Y a quien le importa lo que piense sobre nada la Iglesia?, a menos que se sea creyente que entonces está o bli ga do a seguir sus mandamientos.
A mi desde luego me importa un comino, si los homosexuales se quieren casar pues que lo hagan, en el tema del aborto ya no lo tengo tan claro pero no es por creencias religiosas, sino por valores éticos que me inculcaron, pero solo me afectan a mi,a mi cuerpo, cada uno que haga con su body lo que crea conveniente, allá su conciencia.
Lo que si tengo claro es que a cualquier delincuente o malhechor hay que aplicarles la ley de los hombres sea civil, o religioso y ahí si que no transijo.
Los pederastas deben ser juzgados y condenados. Lo de la velita que nos cuentas me parece publicidad engañosa y quizás se debería encargar la Asociación de consumidores, a ver si es verdad que si pagas por la velita se te solucionan los problemas.
La Iglesia ha cometido verdaderas aberraciones a lo largo de la historia, pero no hay que meter a todos en el mismo saco. Recordemos a todos esos misioneros que se dejan la piel en el tercer mundo, a todos los que colaboran en comedores, educación y tantas cosas. Los verdaderos samaritanos.
No es justo que paguen justos por pecadores.
Un beso Farero.

Océano dijo...

Uy no lo sabia.Me voy ahora mismo a encender una,o dos!! Que si no luego me cuesta dormir aiss.

En fin...Sólo queria darte un abrazo Farero.

El viejo farero dijo...

OSANE: Evidentemente no todos son malos, está esa gente que tú mencionas y que posiblemente sean los únicos que de verdad son cristianos, no se trata de criminalizar a todos los que componen la Iglesia Católica, se trata de reflejar una actitud de ésta como institución ante determinados temas. Te agradezco tu opinión, me gusta que las personas se expresen libremente.
Un beso.

MAR: Ummmm... No te veo yo mandando un mensajito de esos, pero bueno, haré como que me lo creo. Se agradece el abrazo y lo compartimos.
Un beso.