29 octubre 2010

Recordando a Miguel Hernández.


La amiga Allende vuelve a colaborar en este homenaje que está a punto de terminar y nos envía este tema. Ella pone con estas letras el broche final a dicho homenaje. Como siempre, mil gracias y besos.




Recordando a Miguel Hernández.

Siguiendo la estela de homenajes a Miguel Hernández el cielo, conforme avanzan los días, va volviéndose más azul y más alto. Para el poeta de la luz, el cielo brillará con todo su esplendor en su centenario.

De la mano de su amigo el dramaturgo Antonio Buero Vallejo cruzo el umbral de esta casa que, entre todos, habéis hecho un poco suya. En ella, de su puño y letra, dejo su sentimiento hecho palabra y ésta hecha poesía.

Sería a principios de 1.940 cuando a raíz de su detención como activista dedicado a la reorganización clandestina del PCE, Antonio Buero Vallejo coincidió con Miguel Hernández en la cárcel madrileña de Conde de Toreno. Antonio y Miguel, Miguel y Antonio ya se habían conocido durante la guerra en un hospital de campaña de Benicassim donde Miguel se recuperaba de un intenso agotamiento. De esa amistad reclusa salió el conocidísimo retrato al carboncillo que el entonces dibujante y todavía escritor incipiente, Antonio Buero Vallejo, hizo de su amigo, el todavía joven, pero ya consagrado, poeta Miguel Hernández.Pero Buero Vallejo no sólo lo dibujó, también escribió sobre el poeta de Orihuela.

Miguel Hernández. Cien años en "dos dibujos"

Miguel era un hombre a caballo entre la alegría y el dolor, entre la luz y la sombra. Hay poemas suyos en los que las palabras alegría, luz, sombra... se reiteran constantemente. Él conoció tempranamente , dada su extracción humilde, el dolor; y después tuvo sobradas ocasiones de conocerlo a fondo de manera desgarradora; pero él, como verdadero hombre trágico que era, quería a toda costa, denodadamente, alcanzar la alegría. Recuerdo cómo le gustaba cantar, y hasta cómo nos canturreaba cosas divertidas y hasta un tanto chocarreras en ocasiones; solía también contar chistes. Y es que este hombre extraordinario -concluye Buero- era también un hombre como cualquiera de nosotros.

Buero evoca el pasaje del poema que Miguel escribió a la hija de uno de los presos. Cierto preso miraba preocupado una fotografía de su hija que dentro de unos días celebraría su onomástica y para la que no tenía que poderle mandar. Miguel, al saberlo, tomó prestada la fotografía y le dedicó un precioso poema que se titula El pez más viejo del río. Para concluir que "ésta obra de Miguel expresa magistralmente esa lucha entre el dolor y la alegría del poeta trágico que era, del grande, dolorido y solitario hombre que fue." Así de radicalmente humano era Miguel Hernández.

En el poema "Dos dibujos", es el propio Buero Vallejo quien, a través de la poesía, recoge aquella experiencia vital, aquella amistad forjada en condiciones extremas a la que habría de poner fin, en 1.942, la muerte de Miguel.




Miguel, digo tu nombre y me posee
la hiriente y melancólica certeza
de que ya no me oyes.
Roto quedó el diálogo y es vano
pretender tu respuesta.
Desde la piedra de tu lecho último
perdona esta locura
tú, para siempre sordo.

Alentabas, vivías.
Sonreías a veces
sentado en el petate
e iban naciendo rasgos de mi mano.
Fueron tiempos insólitos
fijos en la memoria
como un denso presente que no acaba.

Hacinados en vasta galería
tras el perdido sueño del futuro
del hombre y su justicia,
la ansiedad y las hambres compartimos
en aquella antesala de la fosa.

Recíbenos Miguel, en la paz yerta
de aquel otro dibujo
que muestra tus pupilas apagadas
y tus labios resecos.



Artículo publicado en la sección cultural de Madrid Sindical. Enero 2.010.



Allende.

4 comentarios:

Trini dijo...

Seguimos con Miguel...

Siento que no pudieses ir al recital el jueves, seguro que lo habrías disfrutado. ´

Un abrazo

Nieves dijo...

Me uno en este dia de merecidos homenajes en todo el mundo a este gran poeta. Un saludo,

Adelina dijo...

Un buen homenaje. Estás en todo...

Me gusta mucho Miguel Hernandez.

Muchos besos.

Allende dijo...

Hola, amigo farero. Ha sido una sorpresa y sobre todo un gran honor que hayas optado por cerrar el homenaje con Buero Vallejo.
Lllevaba pensando un tiempo lo bueno que sería dar cabida en el mismo a alguna persona cercana al poeta, no sólo a su entorno
poético, tambien, a la persona. Con Buero, ha sido posible cubrir los dos frentes. Él, además, de regalarnos su palabra y poesía,
ha hecho factible que conociéramos un poco más a la persona que, desde tu faro, hemos homenajeado.

Miguel Hernández, junto con Lorca. siempre serán mis poetas más admirados y queridos. Con ellos, hubo un, "antes y un después".
Su homenaje me ha permitido destapar el frasco de mis "momentos", hacerlo, me ha llevado a revivir una de las mejores etapas
de mi vida.

Miles de gracias a todas las personas que han colaborado con sus poemas. Leeros ha sido un auténtico placer.

Un cielo de nubes para ti, por haberlo hecho posible.

Besos.
Allende.