19 diciembre 2011

Faro de Cabo Silleiro.

El despertador estaba puesto a las 8 de la mañana pero a las 7 y media ya estaba despierto.  Lo primero (supongo que manías de la edad) subir la persiana y ver cómo se presentaba el día. Era aun de noche  y lo único que pude ver era el coche con claros indicios de que la noche había sido fría. 

No sé si era el haber dormido divinamente o los nervios por comenzar el viaje que, a pesar de saber que hasta las 9 no había una luz medianamente aceptable  para hace fotografías,  antes de las 8 ya estaba arrancado el coche para comenzar la marcha.  En el navegador la avenida de Santa Marta, en Baiona. Se trataba de pasar por la costa, ir viendo el mar después de 900 kilómetros de autovías de interior, recoger arena de la playa  y, si había algo abierto a esas horas de un sábado, tomar el primer café del día.

Algunas veces parece que la vida, el destino, va poniendo señales: Una cafetería abierta llamada Isla, frente a la playa y dentro, decorando una de sus paredes, imágenes de faros.  Después del café y de coger arena de la playa de Baiona rumbo al primer faro, al único que no era portugués en este viaje: el de Cabo Silleiro.

El faro de cabo Silleiro tiene la linterna más potente de toda Galicia y se encuentra en la falda de un monte a 85  metros sobre el nivel del mar. 

El faro primitivo databa de 1.892 y estaba a 20 metros de la costa (hoy en día solamente quedan unos pocos restos de su base) pero  fue necesario darle más altura y potencia y en 1.924 se levantó el que hoy podemos ver.  En la misma ladera de la montaña hay instalaciones militares abandonadas que lo único que hacen es estropear el paisaje pero la vista es selectiva y las ignoro: prefiero ver el faro, el mar o las islas Cíes que comienzan a recibir los primeros rayos de sol de la mañana.

 Tengo una mezcla extraña de sentimientos al ver este faro: por un lado se me viene a la mente aquel día de enero de 2009 cuando, haciendo la ruta de los faros españoles con mi hija, subí aquí una mañana de niebla completando un sueño. Por otro la alegría, los nervios, del  comienzo de una nueva ruta que, si todo va bien, completará el contorno de la península  y la visión de casi casi todos sus faros.

 Dejo atrás con cierta tristeza este faro que es fin y principio y retomo la carretera  que va dibujando la silueta de la costa camino de La Guardia y, a la entrada de éste último pueblo gallego, me desvío  para coger la segunda bolsita de arena y para ver un minúsculo puertecillo usado para la descarga de algas. La próxima parada será en tierras portuguesas.

Martita, la voz del navegador, quiere que pase a Portugal por un transbordador pero ella no sabe que antes necesito llenar el depósito de gasolina: en tierras lusas el litro de sin plomo 95 cuesta 25 céntimos más que en España. 

8 comentarios:

Unknown dijo...

Que buenos recuerdos me trae ese faro, Farero. Tengo todos los planos y fotos de su interior. Cuando regreses te los mandaré. Disfruta por todos los que no tenemos tu libertad.
Un abrazo desde más al Norte.

El viejo farero dijo...

Se que soy un egoísta, pero me encantaría tener esos planos y esas fotografías. A cambio, y para compensarte un poquito, te enviaré algunas de las fotos de los faros más originales que he visto.

Muchas gracias por todo.

Un beso y un abrazo desde el Sur.

Adelina dijo...

Un placer leer sobre estos nuevos faros... Sobre esta otra aventura, otro sueño...

Deseo que en esta Navidad haya mucho amor y paz para ti.

Un beso muy grande con inmenso cariño.

Anónimo dijo...

Muy original la fotografía del faro en el espejo del coche, supongo que no es casualidad el texto inmediato a ella "dejo atrás con cierta tristeza este faro ..." y el espejo consigue en ese momento retener esa silueta de la que sientes alejarte.

Un abrazo

María José

Anónimo dijo...

Me sigues emocionando con tus palabras, bonitas fotos y lindas palabras. Farero, te deseo lo mejor para este nuevo año y que pases unas Felices Fiestas!!

Una jardinerita...

El viejo farero dijo...

SAKKARAH: Tienes toda la razón del mundo: ha sido una nueva aventura, un nuevo sueño... un nuevo objetivo alcanzado. Y otro que alcanzaré esta misma tarde, pero ese te lo cuento mañana, cuando esté alcanzado.
Muchos besos, madrileña preferida.

MARÍA JOSÉ: No, no es casualidad; siempre me gustó unir imagen y texto buscando que cada una complemente a la otra. El tema de los coches es aplicable, muchas veces, a la vida misma: El retrovisor nos lleva al pasado, es recordar, pero la vida es como la carretera: la que realmente cuenta es la que tenemos por delante. Ya ves, cosas mías.
Un beso y un abrazo.

JARDINERITA: Hay que ser optimistas y pensar que el año nuevo traerá mejores cosas que el que se va. Ya se encarga la vida de traernos ella solita los momentos tristes.

Un besito... compi.

Anónimo dijo...

QUE ALEGRIA QUE HAYAS CONSEGUIDO ESTA NUEVA ILUSIÓN , ME ENAMORAS EN CADA LETRA.FARERO. UN BESO

El viejo farero dijo...

Lo único malo de hacer realidad las ilusiones es que tienes que buscar una nueva. Ojalá todos los problemas fuesen buscar nuevas ilusiones.

Un beso, mujer anónima.