Con esas dos palabras comienza el himno de Andalucía. Tal vez vaya siendo hora de llevarlas a la práctica y de levantarnos contra un gobierno que confunde la mayoría absoluta con una "licencia para matar", contra un gobierno que empieza a parecerse a Dios: se ensaña con los más débiles.
Sánchez Gordillo no es un Robin Hood, en Andalucía no hace falta que nos hablen de ningún inglés que robaba (un inglés que roba tampoco es novedad) a los ricos para darlo a los pobres, en Andalucía tuvimos nuestro José María el Tempranillo, nuestro Diego Corrientes y docenas más.
La imagen que Sánchez Gordillo, dirigente del Sindicato Andaluz de Trabajadores está dando en el extranjero no es ni mala, ni buena ni vergonzosa, es la imagen de la realidad. A nuestro gobierno, que le preocupa la imagen que estas acciones dan de este país más allá de nuestras fronteras lo que debería preocuparle es la situación de cientos de miles de españoles, muchos de ellos andaluces, que no tienen para comer, pero de un gobierno que manda detener a unos sindicalistas por llevarse sin pagar, por robar si queremos llamarlo así, unos carros de comida y concede el tercer grado a un terrorista "por razones humanitarias" ¿qué se puede esperar? ¿No es en todo caso humanitario dar de comer al hambriento? ¿Qué podemos esperar de un gobierno con diputados como la "señora" Fabras, con diputados que dicen "pasarlas canutas para llegar a fin de mes" con su sueldo de 5.100 euros? Esos 5.100 euros es lo que ingresan durante todo un año miles y miles de parados en España. ¿Cómo las pasarán ellos entonces? La mala imagen de España en el extranjero no la dan unos parados andaluces que hacen pública su situación, la dan unos políticos que se gastan cientos de millones en aeropuertos que no sirven para nada, la dan los otros que se reparten en dinero de los ERES, la dan los jueces que quitan de juez a uno que quiere investigar crímenes de guerra de una dictadura, la da un presidente de jueces que se paga viajes con dinero del pueblo, la da un rey que "pierde el sueño por la situación de la juventud española" pero que se va a escondidas de cacería a África y que su pueblo se entera porque ha sufrido un accidente, la da el yerno del rey que usa su título para robar y enriquecerse, la da una hija del mismo rey que parece tonta y no se entera de lo que hace su marido, la da un gobierno que pide 208 euros a una señora porque "eran para una ayuda que no ha necesitado", la dan los banqueros que engañan a gente que confió en ellos, la dan banqueros que hunden un banco y además se llevan una indemnización millonaria. Esa es la mala imagen de España: la que dan quienes nos gobiernan.
Jarcha, un grupo andaluz comprometido con el pueblo, cantaba hace unos años una canción en cuya letra había una frase: "El día que nos unamos puede que tiemble la tierra". Tal vez sea hora de unirnos, hora de que el pueblo salga a la calle a exigir sus derechos, de hacer que tiemble la tierra si hace falta.
Andaluces, levantaos,
pedid tierra y libertad.
Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad.
También va siendo hora de quitar de nuestro himno ese último verso, hora de aprender de otros pueblos de este país que buscan solamente sus intereses, que desprecian a otras tierras por no tener una lengua propia, por ser pobres.
ANDALUCES... ¡LEVANTAOS!