
He bajado y le he encontrado sentado en la playa, mirando el mar. Me ha parecido una persona mayor más que un crío, y me he acercado a él de manera que me viese desde lejos; lo veo tan metido en sus pensamientos que seguramente se hubiese asustado al verme de repente a su lado.
Hoy Miguelito me ha saludado con una sonrisa más triste que alegre. Me apoyo en su rodilla para sentarme junto a él y mi pequeño amigo toma mi brazo par ayudarme. – Ya estoy viejo, Miguelito… Un día de estos necesitaré un ayudante que suba al faro a comprobar que todo está bien.
Se iluminan por un segundo sus ojos, pero es solo eso, un segundo, igual que la luz de mi faro para los barcos, y después desaparece de nuevo. ¿Dónde estará la alegría que hace apenas unos días le rebozaba por todas partes? Y sin saber que hacer le pregunto por su bicicleta, y el niño que quiere ser farero me cuenta que la ha dejado en casa, y me empieza a hablar de una niña del pueblo, un poco mayor que él, que ya va al instituto de un pueblo más grande que el nuestro, y me cuenta que le gusta, y que creía que él le gustaba a ella, pero ayer, sin quererlo casi, vio en su cuaderno un corazón pintado en rojo, y una flecha que lo atravesaba, y dos letras, una era la inicial del nombre de la niña, la otra no era la M de Miguelito. Y mi amigo niño pasó una hoja, y leyó un pequeño poema que la niña había escrito a alguien cuyo nombre coincidía con aquella tortuosa letra del corazón.
Me va contando cosillas y tirando conchas y piedrecillas al mar, como si estuviese deshojando una margarita, una margarita negra en cuyos pétalos solamente escribieron la palabra no.
Pienso por un momento que va a llorar, pero mi amigo se hace el hombre y lo oculta, y mientras se limpia los ojos me dice que le ha entrado arena. –Si Miguelito, a mi me pasa eso mismo de vez en cuando… me entra arena en los ojos. – Me mira, los dos sabemos de que estamos hablando, y Miguelito, que es ya un hombre se levanta, me ofrece su mano para ayudarme y me hace una pregunta: Farero… ¿Tienes zumo en el faro?
El viejo farero.
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