Sobre el faro de Cabo Vidio cuenta Guillermo Esaín en
su libro Rutas por los Faros de España en coche: “el último farero, bajo los
temporales, salía con su furgoneta cargada con bombonas de butano rellenas para
evitar que el temporal lo arrastrase al abismo”. No es que el autor del mencionado libro
conociese a aquel farero, ni que tan siquiera lo viese un sólo día con su
furgoneta cargada de bombonas de butano. La historia se la contó otro farero,
el mismo que le enseñó los faros de la zona y le contó casi todo lo que sobre
ellos dice el libro. Lástima que después en la obra su autor no haga mención al
farero que le contó tantas cosas y transmita la sensación de que todos esos conocimientos son
de su propia cosecha.
El farero que ayudó de
manera totalmente desinteresada a D. Guillermo Esaín es el mismo farero que he tenido
la suerte de conocer yo, el mismo que me está enseñando estos faros y que me cuenta montones de detalles y de historias. Antes de
escribir el primer artículo sobre los faros asturianos que he conocido en este
viaje le comenté la idea y su respuesta, acorde con su humildad, no pudo ser
otra: Vale, pero no digas mi nombre ni donde vivo, eso de la popularidad no va conmigo. No sabe este hombre el trabajo que me cuesta hablar de todo esto sin nombrarlo a él.
No me extraña que aquel
farero cargase su furgoneta con bombonas porque el faro está realmente a merced
de los temporales, y aunque desde la carretera no se aprecia basta ver una
fotografía aérea del cabo para hacerse una idea de sus condiciones en invierno.
Hace ya 3 años y medio que lo visité con
la autocaravana y aun recuerdo el viento y la lluvia pegando de costado y el vehículo
moviéndose de un lado a otro como si un barco en alta mar fuese. Fue uno de los
4 sitios (junto a Cabo Peñas, Ortegal y Estaca de Bares) donde en ocasiones
pensaba que aquello era una locura que podía pagar cara, pero, como dice mi
amiga Maite, al final todo termina bien.
El faro de Cabo Vidio está
edificado al final de una estrecha meseta limitada por acantilados de más de 75
metros de altura. En su extremo norte el cabo se fractura en islotes, el más próximo
de ellos el de Chouzano con el que se une cuando está la bajamar. Durante más
de 300 metros mar adentro se extiende una serie de peñascos y bajos que
constituyen un serio peligro para la navegación. Bajo el Cabo el mar ha ido
haciendo una cueva de grandes proporciones llamada La Iglesiona y a la que, con
cierto peligro, se puede acceder con la
bajamar.
El faro de Cabo Vidio se
mandó construir en 1.942 tras ser
reclamado muchas veces y ocurrir demasiados naufragios en la zona, pero esto es
España y las obras no comenzaron hasta febrero de 1.948 siendo inaugurado en el
verano de 1.950. Su presupuesto fue de 236.595 pesetas, poco más de 1.400
euros. Lo que ha subido la vida, por dios.
La vivienda original es
rectangular, de una sola planta con cubierta de teja roja a 4 aguas y carpintería
de madera de castaño con contraventanas exteriores. Más tarde se añadió una
nueva con dos plantas que comunica con el edificio primitivo a través de una escalera
interior. Está construida en hormigón, no tiene la más mínima estética, no
guarda consonancia en absoluto con el edificio primitivo y es un auténtico
atentado al entorno donde se encuentra. Un dato: Mi amigo farero lo llama el
búnker.
La torre de este faro mide tan sólo 9 metros de altura y su plano focal se encuentra a 89 metros sobre el nivel del mar. Está fabricada en mampostería y es de planta circular rematada por un balcón que recoge la linterna. La óptica está formada por 4 paneles catadióptricos y descansa sobre un flotador de mercurio. Posee una lámpara de 1.000 watios que ofrece un destello cada 5 segundos y tiene un alcance de 25 millas náuticas. Su giro lo realiza un motor eléctrico y como reserva para casos de fallo eléctrico tiene dos grupos electrógenos que funcionan con gasóleo. Para los días de niebla el faro tiene una sirena Pintsch que emite la letra V.
*Los datos técnicos referentes al faro han sido tomados del libro "Faros del litoral asturiano", de Belén Menéndez Solar.
El viejo farero.
7 comentarios:
Querido farero, siempre es un placer "viajar" contigo. se aprende y se disfruta, pero en esta ocasión por ser Asturias, el placer es aún mayor.
Un fuerte abrazo
Es que Asturias es una delicia de tierra. Más de una vez he pensado que cuando sea mayor y me jubile, si tuviese dinero, me iba a vivir a un pueblecito asturiano.
Gracias por tus palabras y otro abrazo para ti desde el Sur.
Creo que eres la cuarta persona que pone a caldo al autor de la guía de faros por carretera. Uno fue el jefe de los técnicos del Muerto de Marín, otro un ex farero de Sálvora, la tercera una técnico de Turismo canaria y el cuarto tú. Y eso que me está siendo muy útil para hacer mi recorrido.
Un saludo
El libro es bastante útil a la hora de usarlo como guía si vas a hacer un recorrido viendo faros, de hecho yo lo hice así. Es cierto que el farero con el que yo he visto estos faros es una persona humilde y no quiere publicidad, si no yo ya lo hubiese nombrado 30 veces, pero también es verdad que "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Nunca me gustó la gente que se pone medallas que no ha ganado. Además, un chismorreo, ahora que nadie nos lee: Cuando recopilaba información y datos para su libro alguien le preguntó al señor Esaín si cuando lo publicase regalaría un ejemplar a los fareros que le habían ayudado enseñándole los faros y dándole información y detalles; la respuesta fue algo así como: Si tengo que regalar un libro a cada uno que me ha ayudado a ver cuales vendo. Y los fareros, al menos mi amigo asturiano, se quedaron sin libro de agradecimiento.
Un saludo desde el Sur.
Hasta "dando caña" tienes un estilo sencillo, claro y elegante. Ya te digo, disfruto leyéndote incluso en respuestas como la que has dejado a Juan Miguel.
Un beso, y por favor, no cambies nunca.
Esther.
Es un placer leer lo que escribes en tu blogs. Un saludo.
Muchas gracias Maruja por tus palabras, me alegra que te gusten las cosillas que lees aquí.
Un saludo.
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