Siglo y medio guiando a los hombres de la mar,
150 años en servicio. Cerca de 55.000 noches poniendo su luz al servicio de los
demás. Es el faro de Trafalgar y mañana 15 de julio se celebra el 150 aniversario de
su puesta en marcha.
Al salir del aparcamiento donde he dejado el
coche un hombre charla con otros que están retirando arena de la carretera. Me
voy para arriba –dice- que tengo visita dentro de un rato. Es el farero con el
que he quedado dentro de unos minutos. Lo saludo, me presento y subimos en el
coche que la Autoridad Portuaria de Cádiz le pone a su servicio.
Visto desde cerca el faro de Trafalgar se
asemeja a un proyectil gigante en posición vertical esperando ser lanzado a los
cielos. La puerta de la calle da a una entradita y a continuación a una sala de
grandes proporciones que tiene cierto aire de patio techado. A ella
dan las
distintas dependencias de la casa y sobre una de las paredes hay un viejo
teléfono, de aquellos que tenían un disco con los números y unos pequeños
orificios donde se metía el dedo y se hacía girar hasta un tope. Al fondo de
esta sala se ve el comienzo de la torre y la puerta por la que se accede. La
escalera es estrecha, de obra, y mientras sube va girando en el sentido de las
agujas del reloj sobre un hueco cerrado por el que desciende el antiguo
mecanismo de relojería que hacía girar la óptica.
El faro se encuentra en el cabo que le da
nombre, en un tómbolo declarado monumento natural en 2.001 y perteneciente al término municipal
de Barbate, en la provincia de Cádiz. Frente a él, en octubre de 1.805 se
desarrolló la famosa Batalla de Trafalgar que enfrentó a la escuadra
franco-española del almirante Villeneuve y a la inglesa comandada por Nelson y
en la que más de 70 galeones terminaron en el fondo del mar entre el Cabo y
Cádiz.
Mucho antes, en tiempos de la dominación romana existía en el lugar un
templo consagrado a la diosa Juno, hija de Saturno y hermana y esposa de
Júpiter, que incluía un altar para sacrificios en su honor. Siglos después, en
el IX, los musulmanes construyeron una torre vigía cuyos restos aun permanecen
junto al faro y que durante muchísimos años fue el punto de referencia para
identificar el Cabo. Frente a él se
encuentran los bajos de la Aceitera que
obliga a los barcos de gran tonelaje a doblar el Cabo a una distancia mínima de
8 kilómetros y a los pesqueros de Barbate a ceñirse a menos de 100 metros de la
costa, de ahí la expresión: “Cabo de Trafalgar, todo a tierra o todo a mar”.
En 1.847 se propuso la instalación de un faro de
2º orden sobre la antigua torre vigía con características de eclipse de 30 en
30 segundos, pero no sería hasta 1.856 cuando comienzan los estudios para
construir el faro y 2 años más tarde se aprueba el proyecto. El encargado de
llevarlo a cabo es el ingeniero Eduardo Saavedra con quien colaboraron 3
alumnos de la Escuela de Caminos: Rafael Navarro, Antonio de Palacios y Manuel
García. Algo quedó de aquel primer proyecto y para la construcción del faro se
utilizó parte de los materiales de la torre almenara que había sido derribada
casi en su totalidad en 1.860.
El 15 de julio de 1.862 se enciende por primera
vez utilizando una lámpara de aceite de oliva y más tarde de petróleo, su alcance
era de 19 millas. Unos años más
tarde un sistema de incandescencia por
vapor aumentó su alcance hasta las 31 millas.
La torre tuvo en principio forma troncocónica con una altura de 29,5
metros, sobre ella una cornisa de 0,80 metros daba paso a una parte cilíndrica
cuya altura es de 1,85 encima de la cual descansa la linterna lo que daba al
faro una altura total de 34 metros situando su plano focal a 51 metros. El diámetro exterior de la torre
era de 5,70 en su base y 4,70 bajo la cornisa. La casa para los fareros es de
planta rectangular y medía 18x17 metros teniendo acceso directo desde el fondo
de la misma al interior de la torre.
A principio de los años 20 del siglo pasado se
decide ampliar el alcance del faro y en 1.926 se instala una óptica de la firma
BBT de 900 mm. de distancia focal hecha en bronce y vidrio. El tremendo peso de la nueva óptica unido a
los fuertes vientos de la zona puso en peligro la estabilidad de la torre por
lo que hubo que reforzarla con una envoltura de 50 centímetros de grosor, de
fábrica de ladrillo y un enlucido de mortero hidráulico de 3 centímetros según
un proyecto de Julio Mururúa.
En 1.929 Carlos Iturrate realiza un nuevo
proyecto de refuerzo colocando unos contrafuertes en forma de nervios
verticales que convergen en arcos apuntados, lo que le da su aspecto tan
característico y diferenciador del resto de faros españoles.
Cuando se instaló esta maquinaria en 1.926
giraba gracias a un sistema de relojería impulsado por una pesa cuyo recorrido
iba desde la linterna hasta la base del faro. Para volver a subirla había que
darle cuerda a mano cada 5 horas (el tiempo que tardaba en caer).
Posteriormente se automatizó con un motor eléctrico que se encargaba de darle
cuerda al mecanismo cuando la pesa llegaba al final de su recorrido. Hoy en día
la óptica gira gracias a un motor eléctrico y lo hace sobre flotador de
mercurio. En el interior de la óptica hay 2 bombillas halógenas con una
potencia de 1.000 cada una, de la marca General Electric, una de ellas,
la que está en funcionamiento, en
posición vertical y la otra de reserva un poco inclinada. Las dos lámparas
están montadas sobre un sistema que en caso de fallo de la primera aquel gira y
coloca la lámpara de reserva en posición vertical activando su encendido.
El alcance actual del faro de Trafalgar es de 22
millas y sus características
nocturnas son dos destellos más uno cada
15 segundos.
Para llegar al faro existe una carretera pero
unos 800 metros antes hay una barrera que impide el paso a los vehículos ajenos
al servicio. Lo ideal es dejar el coche en los aparcamientos de los últimos
bares que existen, no tiene pérdida, y desde ahí echar el paseo. A nuestra
izquierda dejaremos primero las dunas de arena que el levante mueve continuamente
y que con frecuencia cubren la carretera, poco más adelante la playa de la
Marisucia, llamada así por la gran cantidad de algas que la marea y los
temporales arrastran hasta ella. Después una leve subida nos deja a los pies del faro desde
donde parte un sendero hecho con listones
de madera que baja a la playa y después de rodear el edificio nos lleva a los
restos de la antigua torre y que en
determinados puntos posee miradores.
No puedo terminar esta entrada sin agradecer a
la Autoridad Portuaria de Cádiz el haberme permitido acceder al faro. También
mi agradecimiento más sincero al farero de Trafalgar, otro hombre que no quiere
popularidad, por haberme enseñado el faro y la linterna por dentro, por haberme
dejado ver el mar desde donde lo ven ellos y por dejar que me sienta farero por
unos minutos.
El viejo farero.
13 comentarios:
Feliz cumpleaños, farero, pues uno de tus "hijos" mañana hará historia. Podría haber sido un día sin más, pero te tenemos a ti, patrón de los faros para recordarnoslo.
Inmensamente agradecida.
Que emocionante paseo wow!!!!!! y lo has contado de tal manera que yo misma estaba ahí presente jajajaja... que lindo de verdad Farero... un excelente post que me ha emocionado mucho...
Un abrazo :**
Muchas gracias anónimo. La verdad es que es una pena que cosas así pasen desapercibidas y que nadie sepa que algo tan importante como que un faro cumple 150 años prestando su ayuda a la gente de la mar.
Un beso.
Pues Patty, imagínate lo que es que un farero te abra las puertas del faro y no solamente te deje subir, verlo y hacer cuantas fotos quieras, sino que además te explique y te cuente cosas del faro. Todo un deleite.
Un abrazo desde mi faro.
Amigo mio echaba de menos tus faros ,lo narras con tanto y tanto lujo de detalles que resulta maravilloso leerte de nuevo.
en cuanto a las políticas si que se ve quien es una señora y .... "otra cosa".
Un placer grande volver por tus faros
Es una alegría volver a verte por el faro. Respecto a lo de las señoras pues... ya ves, cada una demuestra con sus actos lo que es.
Un abrazo desde el Sur.
mi padre era farero estuvimos 6 meses en el faro y era lo mejor que me ha pasado en la vida, recuerdos inolvidables, me encantaría poder verlo otra vez por dentro, recuerdo que en el centro había un péndulo que bajaba muy despacio y le ponían una silla para no tocar la chapa que había debajo. es precioso. un abrazo
Manolo: No me extraña que aquel tiempo fuese inolvidable. hace un año, visitando el faro de Sabinal, el farero me contaba que siendo un crío su abuelo era el farero. Él simpre quiso serlo porque quería seguir viviendo en aquel faro.
En nuestra asociación tenemos fareros en activo, uno retirado, una hija y una nieta de fareros. Yo creo que sería un buen lugar de encuentro de gente que en mayor o menor medida ha vivido en un faro.
Un saludo, y vuelve cuando quieras: estás en tu casa.
Hola somos un grupo de 5 personas enamoradas del entorno de la costa gaditana. Me gustaría preguntarte como pudiste subir a el faro, a que telefónos llamar, con quien contactar para el permiso, hay que ir a la autoridad portuaria de Cádiz o hay que llamar al ayuntamiento de Barbate??. Muchas gracias.
El procedimiento es pedir autorización a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz. Posiblemente si te la conceden será para un día laborable (de lunes a viernes). Sería un escrito dirgido al Presidente de la Autoridad.
Si tienes alguna duda ponte en contacto conmigo a través del correo de la Asociación de Amigos de los Faros de Andalucía:
farosdeandalucia@hotmail.es
Un saludo, y suerte.
Muchísimas gracias. Un saludo.
Farero... que bonito nombre!la verdad es que me he quedado gratamente sorprendida y, a la vez apenada por no conocer hasta ahora toda esta maravilla que nos has puesto tan bien descrita. He pasado un rato estupendo descubriendo esta preciosidad, gracias también por las fotos tan bonitas; desde luego es una suerte y un lujo poder ver desde las alturas tanta belleza como contemplar a cada momento ese mar gaditano tan imponente con sus playas de arena fina. Sabes? siempre me ha llamado la atención ver películas donde salen estos faros porque son misteriosos, te despierta la curiosidad no sé, es algo muy especial pero, es ahora cuando me al ver las fotos me he dicho ¡como es posible que gustándome tanto no lo haya visto con mis propios ojos! gracias amigo ha sido un verdadero regalo e ilusión. Que tengáis todos vosotros todo el apoyo que os merecéis por enseñarnos algo tan impresionante y disfrutar a tope. Un saludo afectuoso, Mª Cristina y Javier.
Cristina, Javier, muchas gracias por vuestras palabras. Los faros son un tesoro tan valioso como desconocido y, posiblemente, como tantas cosas, le demos su valor cuando ya sea tarde.
Os invito a visitar la página de nuestra asociación:
losfarosdeandalucia.blogspot.com.es
Un saludo.
Muchas gracias a ti, por haber descubierto tu página; no, no creo que sea tarde para descubrir cosas pero si creo que es decisivo el entusiasmo para encontrarlas... El otro día nos estuvimos empapando de ella y nos pareció muy interesante. Nos quedamos gratamente sorprendidos con ese libro "En la soledad del faro" que debe ser apasionante, un saludo, Mª Cristina y Javier
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