Ya a principios del siglo XII, historiadores y geógrafos árabes como Al-Himyari, Al-Quazwini o Al-Yaqut hacían referencia al faro de Cádiz describiéndolo como "un hermoso edificio de varios pisos rematado por una estatua dorada semejante al de Alejandría". El geógrafo andalusí Al-Zuhri en su obra "Kitab al-Jaghrafiyya" (Libro de geografía) habla del faro gaditano y escribe: <<... En esta ciudad estaba el famoso faro parecido al de Alejandría. Era cuadrado, edificado con una especie de piedra pómez, áspera, de sólida carpintería y abovedado con columnas de cobre rojo. Su rostro miraba hacia el Noroeste y tenía un brazo extendido, los dedos cerrados y con el índice señalando la boca del golfo que sale del Gran Mar, llamado Estrecho, el que se alza entre Tánger y Tarifa, como mostrando los caminos.
A lo largo de su historia el faro de Cádiz ha tenido varios nombres. Uno de ellos fue Torre de San Sebastián. Su origen se remonta al año 1.457 cuando unos venecianos refugiados a causa de una epidemia en lo que entonces era una isla levantaron una ermita en advocación a San Sebastián y labraron el escudo de la ciudad de Venecia en agradecimiento a la hospitalidad de la gente de Cádiz.
En 1.613 se levanta un nuevo faro con el ya mencionado nombre de Torre de San Sebastián. En su bóveda existía un capitel en forma de linterna en el que durante la noche se hacía fuego de leña o de alquitrán para orientar a los barcos. Ese mismo año, siendo gobernador de Cádiz Fernando de Quesada se construyó el castillo quedando el faro dentro del mismo y cambiando su nombre a faro del Castillo de San Sebastián. A lo largo de los años la torre sufre diferentes arreglos y transformaciones hasta que el 31 de octubre de 1.766 se autoriza su sustitución por un nuevo faro encargándose de su realización el brigadier ingeniero Antonio de Gaver. Su linterna era cilíndrica, acristalada y sostenida por columnas. En ella se encendían 24 lámparas de aceite que con las reformas posteriores llegarían a ser 50.
A finales de 1.800 la pequeña isla en la que se encontraba el fuerte es unida a la ciudad por lo que hoy es el Paseo de Fernando Quiñones que parte desde la archifamosa playa de La Caleta. En 1.818 se emplea gas de hidrógeno extraído del carbón, sistema que ya se había probada con anterioridad en el del puerto de Barcelona. El faro fue modernizado en 1.794 y en 1.833; en 1.856 se le instaló un aparato de destellos con características de destellos rojos de 2 en 2 segundos.
A finales de 1.800 la pequeña isla en la que se encontraba el fuerte es unida a la ciudad por lo que hoy es el Paseo de Fernando Quiñones que parte desde la archifamosa playa de La Caleta. En 1.818 se emplea gas de hidrógeno extraído del carbón, sistema que ya se había probada con anterioridad en el del puerto de Barcelona. El faro fue modernizado en 1.794 y en 1.833; en 1.856 se le instaló un aparato de destellos con características de destellos rojos de 2 en 2 segundos.
En 1.898 durante la guerra contra los Estados Unidos una comisión de ingenieros militares y de Obras Públicas considera que el faro puede servir de referencia al ejercito enemigo para un ataque a la ciudad y el entonces gobernador militar de Cádiz, el Duque de Nájera, ordena su demolición.
Pasarían 5 años hasta que en una Real Orden de 28 de diciembre de 1.903 el Ministerio de la Guerra impone dos condiciones para autorizar la construcción del nuevo faro: "... la torre que ha de sostener la linterna se compondrá de dos partes: una fija de mampostería cuya altura sea menos que la de las casamatas de la batería para que no sea visible desde el exterior, y otra formada por un entramado de hierro de tal forma que pueda ser desmontada con facilidad"; Se trataba de que tuviese poco volumen y fuese ligera para así reducir su visibilidad y que se pudiese desmontar rápidamente en caso de que estallase una nueva guerra. La misión era complicada dado que la torre, al tener su base casi a nivel del mar, debía ser bastante alta y la linterna era de gran tamaño. Para ello se echa mano al material más resistente y ligero del que se disponía: acero laminado, y se recurre a un auténtico especialista en el diseño de faros: el ingeniero Rafael de la Cerda que realiza el proyecto durante 1.907.
En enero de 1.909 salen a subasta las obras del faro por un importe de 71.584 pesetas. Para realizar la obra se presentaron 3 ofertas: una de la Compañía Trasatlántica, otra de la Compañía Cordobesa y la tercera de La Constructora Gijonesa. Ninguna de las empresas propuso cambio alguno por lo que se adjudicó a la última citada como mejor postor al realizar un descuento de casi el 18%. El plazo de ejecución era de un año pero... por un lado huelgas, por otro retrasos en el suministro de materiales y a todo ello se añadía los días en los que no se podía trabajar debido al viento de levante, al final las obras no fueron recibidas hasta marzo de 1.912. A pesar de ello el faro no se iluminó hasta el 30 de septiembre de 1.913 debido a cambios en el proyecto para que funcionase con electricidad siendo el segundo de España, después del de Cabo Villán, en usar este sistema. La electricidad la suministraría la firma Lebón y Cía. pagándose el Kw/h a 0.58 pesetas. Para hacer llegar la corriente hasta el faro se compraron 1.750 metros de cable a la empresa Pirelli y Cía, de Villanueva y Geltrú, a razón de 3 pesetas el metro.
El faro de Cádiz es una torre de acero laminado de 38 metros de altura sostenida sobre una base de hormigón armado de 1 metro de profundidad. La torre es un cilindro de palastro formado por 16 anillos con un diámetro de 2 metros que están reforzados por fuera con 8 contrafuertes radiales en forma de vigas, con grandes celosías existiendo una ventana en cada anillo. En su eje existe un tubo del mismo material, hueco, por donde discurren los cables que alimentan la lámpara y el del contrapeso de la antigua maquinaria de relojería. Las paredes de este tubo tienen un grosor de 7 mm. y los escalones de la escalera de caracol que sube a la linterna están adosados por un lado a dicho tubo y por otro a la pared de la torre.
Entrar a este faro es una experiencia inolvidable. Hay faros originales, pero después de quedar fuera de servicio el de La Baña en el Delta del Ebro el faro de Cádiz es literalmente único en España, no existe en este país otro faro histórico de estructura metálica. Una vez dentro de la torre vista desde abajo la escalera formada por escalones metálicos perforados impresiona, cuando comienzas a subir por ella impone. Al final de la torre la cámara de servicio, con 3 metros de altura, se ensancha y tiene un diámetro de 3,40 (el de la torre que la sostiene es de 2 m.) de tal manera que cuando te asomas al exterior tienes la sensación de estar casi en el aire: bajo tus pies hay una caída de más de 30 metros.
La óptica actual es la original de 1.913, una óptica bivalva de 300 mm. de distancia focal formada por 4 lentes cada una con 4 anillos catadióptricos inferiores y 6 superiores. El primer sistema de luz era de arco eléctrico, en 1.942 se sustituye por lámparas de incandescencia trifásica, sistema que se utiliza hasta que en 1.995 se moderniza y se instalan lámparas halógenas monofásicas. El plano focal se encuentra a 41 metros sobre el nivel del mar y su alcance es de 25 millas con una característica luminosa de un destello cada 10 segundos. El peso total de la torre es de 41 toneladas.
en mayo de 1.953 se instaló una sirena eléctrica para los días de niebla cuyo sonido parece ser que molestaba a una parte de la población que vivía cercana al faro. Solamente hubo que esperar a los carnavales del año siguiente para que una chirigota presentara su queja cantando:
"Han colocao en el faro, vaya por Dios,
un pito mu caprichoso,
que cada vez que hay neblina, Josú Josú,
vaya un pito escandaloso.
Se pone dale que dale,
y no deja de pitá.
Yo le pido a quien lo ha puesto
que lo ponga más p`ayá.
La importancia de la óptica de un faro queda patente en los presupuestos de éste de Cádiz:
Torre..................................................... 70.275,58 ptas.
Cable adquisición.................................... 5.490,00 ptas.
Cable tendido......................................... 11.978,39 ptas.
Linterna, aparato e instalación................. 79.040,00 ptas.
Muebles................................................ 1.600,00 ptas.
En 1.914 la denominación oficial de Faro del Castillo de San Sebastián fue sustituida por la de Faro de Cádiz. La razón era que existía otro faro en la provincia de Gerona con el nombre de San Sebastián y el faro del monte Igueldo que también recibía el nombre de San Sebastián por su proximidad al puerto de la ciudad, situación que podía confundir a los marinos.
Visitar un faro tiene 5 momentos claves: el primero es conocer al farero, el saludo, las primeras palabras con alguien que dedica su vida a un trabajo que admiro. El segundo cuando te abre la puerta del faro y te invita a entrar. El tercero cuando pasas a la torre, sea como sea, y tienes ante ti la escalera. El cuarto cuando terminas de subirla y tienes a unos centímetros la óptica. El quinto, cuando te asomas al balcón y ves el mundo desde donde solamente lo ven unos cuantos afortunados. Ver el faro de Cádiz desde la Caleta es bonito, pero ver la Caleta desde el faro es un lujo impagable. A tus pies tienes el mar, un camino que dibuja una raya en el agua y que te lleva a Cádiz. Ningún gaditano debería irse de este mundo sin ver su Caleta, su catedral, su Campo del Sur... su "Cai", desde su faro.
Pasarían 5 años hasta que en una Real Orden de 28 de diciembre de 1.903 el Ministerio de la Guerra impone dos condiciones para autorizar la construcción del nuevo faro: "... la torre que ha de sostener la linterna se compondrá de dos partes: una fija de mampostería cuya altura sea menos que la de las casamatas de la batería para que no sea visible desde el exterior, y otra formada por un entramado de hierro de tal forma que pueda ser desmontada con facilidad"; Se trataba de que tuviese poco volumen y fuese ligera para así reducir su visibilidad y que se pudiese desmontar rápidamente en caso de que estallase una nueva guerra. La misión era complicada dado que la torre, al tener su base casi a nivel del mar, debía ser bastante alta y la linterna era de gran tamaño. Para ello se echa mano al material más resistente y ligero del que se disponía: acero laminado, y se recurre a un auténtico especialista en el diseño de faros: el ingeniero Rafael de la Cerda que realiza el proyecto durante 1.907.
En enero de 1.909 salen a subasta las obras del faro por un importe de 71.584 pesetas. Para realizar la obra se presentaron 3 ofertas: una de la Compañía Trasatlántica, otra de la Compañía Cordobesa y la tercera de La Constructora Gijonesa. Ninguna de las empresas propuso cambio alguno por lo que se adjudicó a la última citada como mejor postor al realizar un descuento de casi el 18%. El plazo de ejecución era de un año pero... por un lado huelgas, por otro retrasos en el suministro de materiales y a todo ello se añadía los días en los que no se podía trabajar debido al viento de levante, al final las obras no fueron recibidas hasta marzo de 1.912. A pesar de ello el faro no se iluminó hasta el 30 de septiembre de 1.913 debido a cambios en el proyecto para que funcionase con electricidad siendo el segundo de España, después del de Cabo Villán, en usar este sistema. La electricidad la suministraría la firma Lebón y Cía. pagándose el Kw/h a 0.58 pesetas. Para hacer llegar la corriente hasta el faro se compraron 1.750 metros de cable a la empresa Pirelli y Cía, de Villanueva y Geltrú, a razón de 3 pesetas el metro.
El faro de Cádiz es una torre de acero laminado de 38 metros de altura sostenida sobre una base de hormigón armado de 1 metro de profundidad. La torre es un cilindro de palastro formado por 16 anillos con un diámetro de 2 metros que están reforzados por fuera con 8 contrafuertes radiales en forma de vigas, con grandes celosías existiendo una ventana en cada anillo. En su eje existe un tubo del mismo material, hueco, por donde discurren los cables que alimentan la lámpara y el del contrapeso de la antigua maquinaria de relojería. Las paredes de este tubo tienen un grosor de 7 mm. y los escalones de la escalera de caracol que sube a la linterna están adosados por un lado a dicho tubo y por otro a la pared de la torre.
Entrar a este faro es una experiencia inolvidable. Hay faros originales, pero después de quedar fuera de servicio el de La Baña en el Delta del Ebro el faro de Cádiz es literalmente único en España, no existe en este país otro faro histórico de estructura metálica. Una vez dentro de la torre vista desde abajo la escalera formada por escalones metálicos perforados impresiona, cuando comienzas a subir por ella impone. Al final de la torre la cámara de servicio, con 3 metros de altura, se ensancha y tiene un diámetro de 3,40 (el de la torre que la sostiene es de 2 m.) de tal manera que cuando te asomas al exterior tienes la sensación de estar casi en el aire: bajo tus pies hay una caída de más de 30 metros.
La óptica actual es la original de 1.913, una óptica bivalva de 300 mm. de distancia focal formada por 4 lentes cada una con 4 anillos catadióptricos inferiores y 6 superiores. El primer sistema de luz era de arco eléctrico, en 1.942 se sustituye por lámparas de incandescencia trifásica, sistema que se utiliza hasta que en 1.995 se moderniza y se instalan lámparas halógenas monofásicas. El plano focal se encuentra a 41 metros sobre el nivel del mar y su alcance es de 25 millas con una característica luminosa de un destello cada 10 segundos. El peso total de la torre es de 41 toneladas.
en mayo de 1.953 se instaló una sirena eléctrica para los días de niebla cuyo sonido parece ser que molestaba a una parte de la población que vivía cercana al faro. Solamente hubo que esperar a los carnavales del año siguiente para que una chirigota presentara su queja cantando:
"Han colocao en el faro, vaya por Dios,
un pito mu caprichoso,
que cada vez que hay neblina, Josú Josú,
vaya un pito escandaloso.
Se pone dale que dale,
y no deja de pitá.
Yo le pido a quien lo ha puesto
que lo ponga más p`ayá.
La importancia de la óptica de un faro queda patente en los presupuestos de éste de Cádiz:
Torre..................................................... 70.275,58 ptas.
Cable adquisición.................................... 5.490,00 ptas.
Cable tendido......................................... 11.978,39 ptas.
Linterna, aparato e instalación................. 79.040,00 ptas.
Muebles................................................ 1.600,00 ptas.
En 1.914 la denominación oficial de Faro del Castillo de San Sebastián fue sustituida por la de Faro de Cádiz. La razón era que existía otro faro en la provincia de Gerona con el nombre de San Sebastián y el faro del monte Igueldo que también recibía el nombre de San Sebastián por su proximidad al puerto de la ciudad, situación que podía confundir a los marinos.
Visitar un faro tiene 5 momentos claves: el primero es conocer al farero, el saludo, las primeras palabras con alguien que dedica su vida a un trabajo que admiro. El segundo cuando te abre la puerta del faro y te invita a entrar. El tercero cuando pasas a la torre, sea como sea, y tienes ante ti la escalera. El cuarto cuando terminas de subirla y tienes a unos centímetros la óptica. El quinto, cuando te asomas al balcón y ves el mundo desde donde solamente lo ven unos cuantos afortunados. Ver el faro de Cádiz desde la Caleta es bonito, pero ver la Caleta desde el faro es un lujo impagable. A tus pies tienes el mar, un camino que dibuja una raya en el agua y que te lleva a Cádiz. Ningún gaditano debería irse de este mundo sin ver su Caleta, su catedral, su Campo del Sur... su "Cai", desde su faro.
El viejo farero.
9 comentarios:
Yo he vivido en Cádiz durante más de 20 y muchas veces al ver el faro pensaba en cómo sería por dentro pero nunca conocí a nadie que hubiese entrado a él. Ahora que llevo unos días visitando tu blog resulta que un sevillano ha entrado y sabe de él más que la mayoría de los gaditanos. Me ha gustado ese último deseo tuyo sobre la gente de Cádiz. Felicidades farero por conseguir hacer realidad tus sueños. Sigue así, y sigue contando las cosas así de bonitas.
Una cordobesa.
Precioso ese faro, y esas playas, me encanta tu blog, ya conocia parte de tu obra, un placer el haber descubierto este rinconcito del viejo farero. un saludo
Me ha encantado su descripción del faro y su historia, y sobre todo, que lujo el poder visitarlo por dentro!!!!. Con lo que me gustan los faros y aún no he tenido la ocasión de entrar en ninguno.
Tengo yo una vinculación con el faro de Cádiz que la da el ver su luz desde una cierta distancia, en días de verano la mirada se me pierde observándolo con esa misma abstracción que produce ver el oleaje del mar en toda su inmensidad; conocer ahora su historia es bonito porque lo hace más cercano. Vaya suerte verlo por dentro, enhorabuena.
¡Qué lección de historia farero!, gracias por compartir toda esa historia de este faro, es un lujo. Y sobre todo la emoción y sentimiento, te entiendo, a mi me pasa algo parecido, hay que vivirlo. Ciertamente no hay nada igual como adentrarse por las entrañas (escaleras) de un faro, una emoción indescriptible, como la de una vez arriba salir y contemplar, desde allí no hay una visión que se parezca.
un saludo.
"Han colocao en el faro, vaya por Dios,
un pito mu caprichoso,
que cada vez que hay neblina, Josú Josú,
vaya un pito escandaloso.
Se pone dale que dale,
y no deja de pitá.
Yo le pido a quien lo ha puesto
que lo ponga más p`ayá.
Me gusto mucho tu relato parece que estoy en el jijiji visita turística
Un abrazo cariñoso desde este lugar de la Mancha
CORDOBESA: Gracias por tus palabras y bienvenida al faro.
La verdad es que entrar a un faro es algo cada día más complicado, las autoridades portuarias, que es de donde dependen, tienen dada la orden de no permitir visitas, supongo que demasiado curioso y demasiada mano tocándolo todo. Cuesta bastante convencer a un director de puerto para que te autorice pero ya ves, algunas veces pasa. Deberíamos aprender de Portugal donde hay una serie de faros que cada miércoles por la tarde se pueden visitar y el mismo farero hace de guía.
Saludos desde el faro.
ALAORILLA: Bienvenida. El faro por fuera es bonito, original, único... por dentro es alucinante, sobre todo subir por esa escalera, ten en cuenta que su altura viene a ser la de un edificio de 12 plantas. Y Cádiz visto desde allí pues... otra maravilla. Un lujo entrar a él.
Saludos.
MIN: Si que es un lujo, es cierto. Si alguna vez estás por Carboneras, Almería, ponte en contacto con Mario, el farero de Mesa Roldán, es un encanto de persona y te enseñará el faro encantado.
Saludos desde el Sur.
ANÓNIMO: La luz de los faros, desde la distancia, parece que viene y va, que se apaga y se vuelve a encender, pero tú y yo sabemos que no es así, que está siempre encendida; algo así como las personas a las que queremos que, aunque sólo las vemos de vez en cuando siempre están ahí.
Un abrazo desde el faro.
ABUELA: El próximo viaje organizado será una ruta por los faros de la costa de Huelva, así que vaya usted sacando el billete.
Un beso desde el Sur.
Si es que una persona como tú, con tanto arte y sensibilidad consigue todo lo que se propone, hasta entrar en el faro de Cádiz. Ole, ole y ole, y un ole mil veces mas grande por compartir estas experiencias con nosotros.
Treveleña
Es que tú me ves con muy buenos ojos. De todos modos un beso por cada "ole".
P.D. Buen sitio Trevélez y las Alpujarras en general.
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