Mañana
comenzarán a retornar a sus ciudades del interior y el pueblo volverá a
su vida serena y tranquila, con marineros que arreglan sus artes de pesca, con
mujeres que los esperan nerviosas cuando salen a la mar, con niños que vuelven
al colegio, con el bar de María casi vacío y con el camino del faro
solo. Dejarán de llegar cada mañana a la plaza del pueblo, al puerto, con sus
cámaras de fotos modernas y caras, con sus teléfonos móviles, que dejaron de
usarse para hablar y ahora solamente sirven para enviar mil fotos hechas en la
mesa del bar, junto a la barca arrumbada, ante el faro, solamente para enseñar
a los que no vinieron que ellos sí lo hicieron, para presumir de dónde están.
Qué pena me causan quienes viajan con el único fin de decir que han viajado,
quienes se hacen la foto no para llevarse un recuerdo de donde estuvieron, sino
para pavonearse de que lo hicieron.
No tardarán
mucho en llegar los días grises, el frío, las noches de lluvia, mi faro
reflejado en los charcos del camino por las mañanas, mi faro aislado del mundo,
yo dentro de mi faro y el viento silbando en las ventanas, queriendo entrar
para hacerme compañía. Volveré cada mañana al bar de María con la excusa de
tomar mi copita de anís dulce de Cazalla, con la secreta intención de verla, de
sentir en mis manos el roce de las suyas y en mis ojos la mirada triste y
profunda de sus ojos. Volveré cada noche a sentarme delante de la candela de la
chimenea a mirar las lenguas de fuego que acarician los troncos y los van
envolviendo y quemando como un mal amor.
Volveré a echarla de menos como la echo de menos cada minuto que no estoy a su
lado. Y cada noche volveré a pensar en
aquella frase que hace tiempo me dijo: sobran “míos” y faltan “nuestros”, y
cada mañana, camino del pueblo, volveré a decirme que tengo que decírselo, que
tengo que contarle que cuando se suman dos soledades la soledad deja de
existir.
3 comentarios:
Ya te echaba de menos farero. Qué tranquilo te vas a quedar sin los veraneantes que lo miran todo sin ver nada.
Un beso
Pues sí cañailla, en el fondo prefiero el invierno para ver cosas, en parte porque es un tiempo, para mí, más íntimo, más acogedor, y por otro lado porque hay menos turistas.
Un beso.
No se si alguna vez te lo han dicho, pero tú dibujas con las palabras. quiero decir que escribes de tal manera que a medida que se lee se ve la imagen que describes, aunque sea un sentimiento.
Eres una persona con un don especial para trasmitir sentimientos, y yo una afortunada por haber encontrado este sitio.
Lola.
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