Han vuelto, como cada año, pocos días antes de que llegue la primavera, con su escandaloso trinar, con sus vuelos a ras de suelo, con sus giros repentinos... son mis amigas las golondrinas.
En los naranjos las flores de azahar están dormidas, recogidas sobre sí mismas, como gatos cuando duermen. Dicen que esperan el calor de la primavera para abrirse e inundarlo todo con su olor, pero yo creo que no, que a las flores de azahar las despiertan las golondrinas.
Ahora empezarán a volar por las calles del pueblo, jugando al pillar, riéndose de la gente, de su andar tremendamente lente visto desde sus pequeños ojillos. Buscarán el barro en las orillas del río y volverán a las cornisas y a los balcones a reparar sus nidos.
La primavera empieza a desperezarse. También a ella la han despertado las golondrinas.
2 comentarios:
Me encanta tu relato. La primavera vuelve a relucir.
Gracias Maruja. Es cierto, la primavera ya está en las calles y en los naranjos.
Un saludo.
Publicar un comentario