A la avispa de la fotografía se ve que le gusta el Nestea y, ni corta ni perezosa, se posó en la lata y comenzó a beber. Y es que, como dice el dicho, "a nadie le amarga un dulce". Ni siquiera a las avispas.
El viejo farero.
Se despedía el invierno con una tarde fría, gris, lluviosa... Las gotas de la lluvia jugaban a perseguirse unas a otras mientras se deslizab...
2 comentarios:
Inteligente la avispa, ya me simpatiza más porque a mí el Nestea me gusta mucho...jeje
Preciosa foto.
Besotes.
Buena entrada, y desde luego despierta la avispa y es que realmente a nadie le amarga un dulce
Un abrazo
Stella
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