Casi no sabía abrir la puerta del
faro. Por un lado porque, bien por la edad, bien por los nervios, me temblaba
tanto la mano que me costaba la misma vida introducir la llave en la cerradura.
El chirriar de las bisagras, la oscuridad de dentro con casi todas las ventanas
cerradas, el olor a clausura…
Buscó a tientas mi mano el
interruptor de la luz y al encenderla no vi lo que había delante de mis ojos,
en su lugar una ristra interminable de imágenes del pasado ocuparon su sitio
y por unos segundos no supe si estaba
allí o todo era uno de esos sueños extraños en los que se mezclan mil cosas
diferentes sin ningún sentido.
Tiempo. Al fin y al cabo es lo
que se necesita para todo: tiempo. Para adaptarte a la poca luz, para que
florezca una planta, para terminar un trabajo, para realizar un sueño, para que
regresen las golondrinas, para olvidar
un amor… posiblemente, para lo único que no hay tiempo suficiente en una vida
es para conocer por completo a las personas,
a cualquier persona.
Hoy, 844 noches después, regreso
al faro, a mi faro, a éste que no guía a nadie, a éste que emite una luz, un
destello, sin ritmo pausado, sin frecuencia determinada. A este viejo faro que
es solamente el refugio de este viejo farero.
He ido abriendo las ventanas una
a una, despacio, y en cada una de ellas he mirado el mar, la pequeña playa, las
gaviotas que, siendo otros diferentes siguen siendo mis gaviotas. Como las
mareas, como mi propia piel.
Me supera por un momento la
nostalgia, los recuerdos, pero vienen a mi mente unas palabras de María (siempre María):
la vida es como conducir un coche: solo en determinados momentos debemos mirar
por el espejo retrovisor y ver lo que dejamos detrás, nuestros ojos deben mirar
adelante, al futuro.
844 noches. Enciendo luces, miro
por un segundo a través del retrovisor. Mis ojos, desde la linterna del faro,
me traen de nuevo, poco a poco, a la vida.
9 comentarios:
Sigo aqui amigo Farero,me alegra tu vuelta. Besos mil
Retomamos la aventura de leerte
Me alegro de este regreso tuyo a este viejo faro. Escribir es un buen remedio para expresar emociones.
Me alegro por ti,eres una persona extraordinaria y un buen amigo y como no farero de corazón
Precioso... Siempre es bonito leerte. Un beso
Continua contandonos tus andanzas fareras
Hola Farero me alegra muchísimo tu regreso
Qué bonito, farero!
Muchas gracias a todos/as por vuestros comentarios, a los amigos y amigas de hace años un abrazo, es una alegría vuestra presencia, a quienes entráis por primera vez mi más sincera bienvenida.
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